XXIV

Y es que el titiritero que se estira,
a retozar al cieno se retira.

Y el saltimbanqui lírico
es sólo un trotamundos de lo onírico.

Igual que el narcisista, cuyo salto
es siempre hacia lo bajo y no a lo alto.

O el necio que afirmándose iracundo
demuestra sólo ser del mundo inmundo.

¿Acaso el mequetrefe
deja de serlo por nombrarse jefe?

¿Cómo será divino aquel tan vano
que se tornó inhumano?

Todo ello, como bien afirma Lao,
son tan sólo residuos para el Tao.

Mas mira en la Verdad de la Belleza
quien sabe la de la Naturaleza.

Lao Tsé

XXV

Si es el barro nuestro credo,
la razón del barro el Sol;
del Sol, todo el Universo,
y del Universo, Dios,
Dios de sí mismo es modelo
y Madre de Todo es Dios,
nada cierto le es ajeno
y es verdad sólo el Amor.

Lao Tsé

XXVI

Tras la acción, es la quietud
quien poderosa sostiene
lo que en el mundo va y viene
en su mudable actitud.
Es poder y es juventud
que no sufre mutación,
y razón y sinrazón
de ella misma toman brío,
que es fuente de todo río
y está en cada corazón.

Lao Tsé

XXVII

Seduce el ídolo bello
con sus palabras y modos,
mas el sabio salva a todos
sin que se precie por ello.

Lao Tsé

XXVIII

El que recuerda la infancia
perenne del corazón,
se embriaga con la fragancia
que no cesa en su constancia
de toda la Creación.

Sé como el fin del delfín:
lúdico, cómico, mágico,
que el mundo es gustirrinín,
cuando, ajeno de lo trágico,
pone a su principio fin.

Aprende del santo, quien,
comprendiendo al mequetrefe,
de los suyos, por su bien,
sin quererlo, se hace jefe,
aunque el Jefe es Dios... ¡Amén!

Lao Tsé

XXIX

No tiene forma el Espíritu;
el que se la da por norma,
a sí mismo se deforma...
No tiene forma el Espíritu.

No tiene forma el Espíritu...
Por ello, el santo se informa,
y con ello se conforma...
No tiene forma el Espíritu.

Lao Tsé

XXX

Aquel que esgrime su arma,
es que está preso del karma.

Y el santo es libre en su inmenso
poder de amor indefenso.

Lao Tsé

XXXI

Aquel que llena el corazón del Tao
no entiende de las armas asesinas,
y siempre en su nobleza
desprecia al enemigo de la vida.

Si por imperativo
su uso se precisa,
las toma para proteger la paz
y jamás de triunfar se regocija.

Quienes se alegran de matar personas
son criminales sin ninguna hombría
que vencen como bestias
pero como personas nunca triunfan.

Cuando el santo consigue su victoria
presenta sus respetos a las víctimas,
que la guerra es el triunfo de la muerte
tan sólo, y la derrota de la vida.

La izquierda, la derecha...
La derecha, la izquierda... Tonterías:
Aquel que llena el corazón del Tao
lo ha llenado de vida.

Lao Tsé