LXXX

Un país diminuto
y con pocas personas
es posible que tenga
determinados bienes
que no deben usarse.

Es preciso que el pueblo temeroso
considere la Muerte.
Aquel que tenga barcos
o carros es mejor que no los use,
y el que tenga armamento
que nunca nos lo exhiba.
Lo que sí debe usarse son los mágicos
cordeles anudados,
que goce su alimento,
que adore sus vestidos,
que disfrute el hogar junto a los suyos
y venere sus viejas tradiciones.

Dos países vecinos son felices
el uno al otro ufanos contemplándose,
y escuchando la música sencilla
de sus tranquilos animales...
Y ancianos morirán
sin prestarse siquiera una visita.

Lao Tsé

LXXXI

Palabras de verdad jamás son gratas,
y aquellas que son gratas no son ciertas...
Pero, ¿por qué te atas y te matas
con las palabras muertas?

No es de verbo abundante el hombre bueno,
ni es hombre bueno nunca el charlatán...
¡Mas charlatán ameno
es un trozo de pan!

Inteligencia no es erudición,
ni ésta alberga jamás inteligencia...
¡Bien lo sabe y lo ignora el corazón
del hombre y toda ciencia!

El Santo amasa y se dedica al prójimo,
y en esto encuentra toda su riqueza...
Y es único ese prójimo,
y el Amor, la Verdad y la Belleza...

Cuando todo lo ha dado,
lo que queda por dar es aún mayor...
... ¡que no tiene ni fondo ni candado
el tesoro infinito del Amor!

El sendero del Cielo nunca hiere,
y el Santo nada exige en su virtud.
Cuanto se hiere, muere,
¡y eterna es la salud!

Lao Tsé