I

El Tao de verdad no puede asirse,
ni puede por el hombre ser nombrado,
que no existe palabra entre sus lenguas
que pudiera expresarlo.

Su nombre es ese génesis perenne
y la madre inmortal de inmaculado
corazón que florece en su misterio
siempre multiplicándonos.

Comparte en el no-ser cuantos enigmas
son accesibles al poder humano,
y somos como somos
cuando somos junto a su ser sagrados.

Ser y no-ser es en verdad lo mismo
en diferentes voces disfrazado,
y a su infinita y pura desnudez
oscuridad llamamos.

Aquel que la oscurice
tiene toda su autoridad a mano,
la puerta del espíritu del hombre
y aquella que da acceso a lo más alto.

Lao Tsé

II

Sólo ven la belleza en la belleza,
pero nunca la ven sus corazones.
Sólo ven la bondad en la bondad,
y sus miradas torpes
desvelan la malicia
de sus enfermas interpretaciones.

Mas el no-ser y el ser se necesitan
para ser y no ser, como eslabones,
y lo simple y complejo
como lo diminuto con lo enorme.

Se abrazan las estrellas y los átomos,
y al Infinito llegan nuestras voces,
y el ayer y el mañana sólo existen
en las curvas del mundo de los hombres.

Por eso el santo elige
calibrar sus acciones,
y grita sus verdades sin palabras,
y permite que broten
en el Edén perenne de la vida
cada entidad con todos sus colores.

Multiplica los bienes
sin que jamás los tome,
ni le atrapan sus obras consumadas
y por ello perduran sus acciones.

Lao Tsé

III

No adules a los hombres por sus obras
si quieres mantener la paz del pueblo,
ni estimes los tesoros que codician
los infelices necios,
no sea que los otros
se vuelvan como ellos.
No exhibas lo que enciende al envidioso
que ni sabe ni pudo poseerlo,
porque es para su alma una tortura
más grande y dolorosa que el Infierno.

El santo en su sapiencia
ejerce poderoso su gobierno,
llenando sus barrigas,
vaciando sus anhelos,
debilitando su ignorancia cínica,
dando fuerza a cada uno de sus huesos.

Practicando el no-hacer,
todo resulta hecho.

Lao Tsé

IV

El Tao es la cantimplora
que alberga todos los ríos,
padre de los albedríos
y la esencia creadora.

El Tao marca el lunar
de todo el refinamiento,
y no existe ocultamiento
que no pueda desvelar.

Armoniza en su virtud
todo un mar de cualidades,
confirma las libertades
y devuelve la salud.

Nunca puede perecer
ni tiene base o reposa,
y no existe dios ni diosa
que no le deba su ser.

Lao Tsé

V

No entiende el Universo de pasiones humanas,
y todo lo mundano es simplemente
un ejército fiel de marionetas;
lo mismo le sucede
al santo que mañoso
da fruto en los desiertos de la gente.

El Universo eterno,
infinito, innombrable, permanente,
está lleno de música
que quien sus alas mueve
sólo puede abrazar en su silencio
siendo el rey de su voz perennemente.

Mas la cotorra estatua que remeda
ni ella misma se entiende, y si lo hiciere
de vergüenza y fatal aburrimiento
en su jaula se muere.

Lao Tsé

VI

Nunca puede ni el tiempo ni el espacio,
ni el caos, ni el veneno, ni la trola,
matar la Eternidad feliz del Valle
cuya fértil verdad jamás se agota.

El Valle de la danza y la pureza
que no pudo venir ni vendrá nunca,
en cuyo umbral perenne permanecen
las vísceras de una mujer oscura.

Esa Madre inmortal que es la raíz
del Todo, de la Nada y del Edén,
de ese Valle de risas que no muere
y que plácido habita en cada ser.

Lao Tsé

VII

Que el Cielo permanentemente avance,
lo mismo que sucede con la Tierra,
sin que haya falsa paz o torpe guerra
que su poder alcance.

Su vida no es la propia,
y no es su eternidad la que procuran,
ni entienden de los credos y su inopia,
por eso siempre duran.

El santo es algo así. Sin un descuido,
aunque su corazón esté en la cumbre,
permite que perenne nos alumbre,
del mundo en las entrañas escondido.

Lao Tsé

VIII

El agua es limpia y no exige,
siempre canta y no se aflige,
como hace aquella verdad
que da la creatividad
y quien la quiere la elige.

Aquel que disipa el vaho
que le empaña la visión
acerca su corazón
a la riqueza del Tao.

E igual que el agua y su canto,
de sí mismo se descuida
y la bondad de su vida
hace permanente el santo
sin recordar que la olvida.

Lao Tsé

IX

Lo correcto es pararse antes que el tope
de la dorada taza se desborde
y quemes esas manos
seducidas por necias ambiciones.

La espada que se afila
mil veces, día y noche,
va perdiendo su fuerza y se asemeja
al alma del fantoche.

Un palacio repleto de tesoros
se vuelve la peor de las prisiones,
y el multimillonario en su soberbia
sólo se ha de quedar con sus cordones.

Pero el santo regala retirándose
todo el fruto que dejan sus acciones,
y sin buscarlo nunca
de todo lo que da le queda el doble.

Lao Tsé

X

La pura Visión interna
trasciende la falsedad,
y entonces la Libertad
perennemente gobierna...
¡Esto es Dios y es la Verdad!

Lao Tsé

XI

Es la nada de la rueda
lo que hace que ella pueda
avanzar por el camino
para cumplir su destino.

Y es la nada del botijo
la que al agua da cobijo,
que no es su arcilla, creed,
la que sacia vuestra sed.

Y no son esas paredes
las que construyen las redes
de la vida familiar,
pues su nada es vuestro hogar.

Por eso, del mismo modo,
el Ser nos ofrenda todo,
pero gracias al No-Ser
que está sin poderse ver.

Lao Tsé

XII

No entiende el santo varón
de los inciertos colores
que entorpecen los amores
y hacen fuerte a la ambición.

No entiende en su condición
de aquellos cinco sabores
que producen amargores
al buen gusto y la razón.

Y aquellos atronadores
llantos ensordecedores
enmudecen ante el son

del alma del hombre santo,
que no hay nada como el canto
que nace en su corazón.

Lao Tsé

XIII

No soy un cuerpo, soy libre,
y no hay nada que calibre
el poder de mi verdad.

Que el que un cuerpo se percibe
es que muere en lo que vive
sin gozar de libertad.

Tengo un cuerpo que es del mundo,
que ni es simple ni es profundo,
ni vulnerable ni fuerte.

Que, en verdad, más que tener,
es tan ajeno a mi ser
como el sueño de la muerte.

Lao Tsé

XIV

Es invisible, pues no se ve,
y es inaudible, pues no se escucha,
y no hay un alma, torpe ni ducha,
que de tocarlo capaz sea de.

A veces blanco y a veces bruno,
vive en su triple virtud el Tao,
que está en la leche y en el cacao
y desemboca tan sólo en Uno.

Es la mentira y es la verdad.
No tiene cara ni tiene cruz,
y sin tenerla tiene la luz
de lo creado en su eternidad.

No tiene credo ni tiene norma,
y quienes suban o quienes bajen
con sus sentidos no ven su imagen
y ni sin ellos sienten su forma.

Es inasible e irrazonado.
No ves su espalda si lo persigues
ni ves su rostro cuando consigues
imaginarte haberlo alcanzado.

Mas quien se llene de su verdad
con la humildad de la poesía,
de su preciosa sabiduría
podrá hacer uso con libertad.

Lao Tsé

XV

No hay formas para la sabiduría,
pero con los colores del amor
y la verdad bien pudiera el artista o trovador,
en lienzo o poesía,
su espíritu inefable insinuar.

Lao Tsé

XVI

Abraza el santo vacío
que ofrenda la plenitud,
y mira en la multitud
el divino poderío
de su latente virtud.

Que toda la muchedumbre
que se arrastra por el mundo,
de sí misma en lo profundo
hallará el germen fecundo
que le impulsará a la cumbre.

Con ello, abrazando el orden
y lo que nunca perece,
verán sus almas que crece
para que todos lo borden
la abundancia que abastece.

Y sabrán que la existencia
es un perenne sarao,
donde, sabia la conciencia,
se disfruta la opulencia
omnipotente del Tao.

Lao Tsé

XVII

Invisible es el rey de los maestros,
su palabra jamás puede escucharse,
mientras habla el jocoso profesor
a un pueblo que no deja de alabarle.
Pero tarde o temprano vendrá el día
que cansada su lengua al fin se calle,
como calla el maestro tartamudo
que de lejos no cesa de envidiarle;
como también cayó el pedagogó
cínico y despreciable;
como sigue callando el rey de los
maestros, en su cima, imperturbable,
hablando al Infinito en su silencio
para que su alma bañe
todo el pueblo de abajo,
simpático rebaño de ignorantes,
que algún día dirán de sus palabras:
es claro que del corazón me salen.

Lao Tsé

XVIII

Es al dejar la bendición del Tao,
como en gran paradoja,
que el amor, la bondad
y la justicia asoman.

Toda la maquinaria
va siguiendo la estela entre las olas
de la sabiduría y el ingenio.

Y en todas sus discordias
fraternizan los doce familiares
y refuerzan sus sentimientos nobles.

Y es a través del caos que al imperio
la rectitud y la honradez provoca.

Lao Tsé

XIX

Abolid esa extraña educación,
que en realidad es manipulación.

Que el pueblo analfabeto
es el manipulado por completo.

Rechaza el bien venial,
que siempre se acompaña de su mal.

Quien teme, se confunde,
y el que está confundiéndose se hunde.

Sin el vulgar y lúdico barroco
no habrá ladrón estúpido tampoco.

Mas si parecen torpes mi palabras,
apúntate este gran abracadabras:

No busques el amor en tu cabeza,
sino en la paz de la Naturaleza.

Y que jamás te atrape ningún ismo,
y menos el mayor: el egoísmo.

Lao Tsé

XX

Allende del bien y el mal,
ni el mal ni el bien se conciben
y perennemente viven
en su reino angelical

los que no tienen carné
ni carne tienen tampoco,
que eso se lo come el loco
tiempo que viene y se fue.

Y en tanto el necio se envicia
con los ídolos ajenos,
a sus niños deja plenos
de Amor la Madre Nutricia.

Lao Tsé

XXI

El Tao anima el vacío,
y no hay calor y no hay frío,
ni velatorio o sarao,

que no llene, noche y día,
el poder y la alegría
que en sí mismo alberga el Tao.

El Tao es luz y es tiniebla,
y hasta los sesos amuebla
del homínido ignorante,

que en la ilusión de las formas
inventa caducas normas
merced al Tao constante.

El Tao es verdad, lo ve
el que prendido en su fe,
que es sapiencia, lo disfruta.

Y el Tao, que fluye y fluye,
se ofrenda y no disminuye,
nos acciona y ni se inmuta.

Lao Tsé

XXII

Vivir no es forma, que es danza;
aquel que tiene por norma
creerse vivo en la forma,
no tiene más que esperanza...

Y la vida nada espera,
y la vida siempre es,
y sin antes ni después,
ni invierno ni primavera...

Lao Tsé

XXIII

Si es que temes al valle de la muerte,
en él habrás de verte.

Mas si abrazas sereno las virtudes,
te colmarán con sus infinitudes.

Pues si orientas allá feliz tu nao,
feliz allá ha de acogerte el Tao.

Lao Tsé

XXIV

Y es que el titiritero que se estira,
a retozar al cieno se retira.

Y el saltimbanqui lírico
es sólo un trotamundos de lo onírico.

Igual que el narcisista, cuyo salto
es siempre hacia lo bajo y no a lo alto.

O el necio que afirmándose iracundo
demuestra sólo ser del mundo inmundo.

¿Acaso el mequetrefe
deja de serlo por nombrarse jefe?

¿Cómo será divino aquel tan vano
que se tornó inhumano?

Todo ello, como bien afirma Lao,
son tan sólo residuos para el Tao.

Mas mira en la Verdad de la Belleza
quien sabe la de la Naturaleza.

Lao Tsé

XXV

Si es el barro nuestro credo,
la razón del barro el Sol;
del Sol, todo el Universo,
y del Universo, Dios,
Dios de sí mismo es modelo
y Madre de Todo es Dios,
nada cierto le es ajeno
y es verdad sólo el Amor.

Lao Tsé

XXVI

Tras la acción, es la quietud
quien poderosa sostiene
lo que en el mundo va y viene
en su mudable actitud.
Es poder y es juventud
que no sufre mutación,
y razón y sinrazón
de ella misma toman brío,
que es fuente de todo río
y está en cada corazón.

Lao Tsé

XXVII

Seduce el ídolo bello
con sus palabras y modos,
mas el sabio salva a todos
sin que se precie por ello.

Lao Tsé

XXVIII

El que recuerda la infancia
perenne del corazón,
se embriaga con la fragancia
que no cesa en su constancia
de toda la Creación.

Sé como el fin del delfín:
lúdico, cómico, mágico,
que el mundo es gustirrinín,
cuando, ajeno de lo trágico,
pone a su principio fin.

Aprende del santo, quien,
comprendiendo al mequetrefe,
de los suyos, por su bien,
sin quererlo, se hace jefe,
aunque el Jefe es Dios... ¡Amén!

Lao Tsé

XXIX

No tiene forma el Espíritu;
el que se la da por norma,
a sí mismo se deforma...
No tiene forma el Espíritu.

No tiene forma el Espíritu...
Por ello, el santo se informa,
y con ello se conforma...
No tiene forma el Espíritu.

Lao Tsé

XXX

Aquel que esgrime su arma,
es que está preso del karma.

Y el santo es libre en su inmenso
poder de amor indefenso.

Lao Tsé

XXXI

Aquel que llena el corazón del Tao
no entiende de las armas asesinas,
y siempre en su nobleza
desprecia al enemigo de la vida.

Si por imperativo
su uso se precisa,
las toma para proteger la paz
y jamás de triunfar se regocija.

Quienes se alegran de matar personas
son criminales sin ninguna hombría
que vencen como bestias
pero como personas nunca triunfan.

Cuando el santo consigue su victoria
presenta sus respetos a las víctimas,
que la guerra es el triunfo de la muerte
tan sólo, y la derrota de la vida.

La izquierda, la derecha...
La derecha, la izquierda... Tonterías:
Aquel que llena el corazón del Tao
lo ha llenado de vida.

Lao Tsé

XXXII

No hay materia ni en el Tao
ni desde el Tao tampoco...
¡Quien lo afirme o está loco
o borracho en un sarao!

El Tao es animador
Espíritu trascendente,
y el Universo y la Mente...
¡Es decir, el Creador!

Lao Tsé

XXXIV

El Tao siempre se ofrenda,
y a cambio no exige prenda
o pone precio,

y es por ello que lo ignora
el mortal que llora y ora,
porque es necio.

Nuestras vidas son los ríos
y al mar van los albedríos,
dijo el bardo.

Y si en la diana diera,
es que el Tao el alma fuera
de su dardo.

Siempre ha habido el sabio vate
y el cantor del disparate
zafio y cutre,

mas son nada sin la ciencia
del Tao, de cuya esencia
se les nutre.

Lao Tsé

XXXV

El Tao no es un bombón
que se deshaga en la boca,
pero es morder una roca
si él no está en su corazón.

El manjar majadería
y el néctar tromba funesta
son si el Tao no les presta
sabor y sabiduría.

Lao Tsé

XXXVI

El tesoro del estado
feliz de tu condición,
que en la misma Creación
divina te fue donado,
se goza en tu corazón.

No puede ofrendarse a aquel
que, negándolo, percibes
como amenaza, si vives
mirando la muerte en él
y el amor ni lo concibes.

Solamente lo compartes,
y lo haces tuyo en verdad,
si ves su divinidad,
sin que lo humano descartes,
con entera libertad.

Lao Tsé

XXXVII

El Tao no es acción,
mas nada que lo sea
sin que en ella se vea
ejerce su función.
Si está en tu corazón,
en el de todos crece
y tomando se ofrece
desde el fin sin final
de su ser inmortal;
entonces, amanece...

No hay mujer y no hay hombre
ajeno al alboreo
del fondo sin deseo
que carece de nombre.

Lao Tsé

XXXVIII

Si ves rodar un alud
de nieve y barro al abismo,
es evidente en sí mismo
que no miras la virtud.

Que ya esté entre labio y labio
un beso o un mar de voces,
ignora valles atroces
allá en sus cumbres el sabio.

Lao Tsé

XXXIX

El modo de ser de Dios
es sin duda la unidad,
y goza la libertad
quien sigue su modo en pos.

Lao Tsé

XL

1

El Tao es un corazón
que se expande y se contrae,
y su lado más perenne
está en su punto más frágil.

Todos nacemos del Ser,
y el Ser es aquel que nace
de la nada, de esa nada
que asusta a los ignorantes.

2

Toda vida cualquier ser
la ha tomado de la nada,
por más que no importe nada
que algo así no pueda ser.

Pues si ser tiene la nada
es que algo debe de ser,
por más que este mismo ser
tome vida de la nada.

Lao Tsé

XLI

El hombre supremo oye al Tao,
practícalo con diligencia;
el hombre, no obstante, sin ciencia,
lo trata como a un bacalao,
porque va calao de inconsciencia.

El hombre ordinario se mofa
de cuanto del Tao deduce,
debido a que el mismo no luce
ante la de más baja estofa
cabeza casual que se cruce.

El Tao es la forma sin forma
y al hombre cortito no cuadra,
que es libre porque se desmadra
se piensa ante onírica norma
a la que constante le ladra.

Empero, hasta al hombre que tiene
la cúspide inmersa en serrín,
el Tao innombrable sostiene,
que si el serse necio conviene,
no es tal su principio ni fin.

Lao Tsé

XLII

Como con la voz de Lao
dijo Carmelo Elorduy,
lo que ya parece muy
ruinoso renueva el Tao.

El Tao engendra los números
con la verdad de su música,
que no la inventiva ilúsica
del que idolatra sus húmeros.

Cierto es que se desenvuelve
todo entre el yang y entre el yin,
mas apariencia es que al fin
dichoso el Tao resuelve.

Bien cantó Ramón Hervás:
aquel que crece, decrece,
y el que decrecer parece
es que está creciendo más.

Si somos Naturaleza
y es natural estar vivo,
cierto ha de ser lo que escribo:
¡que no muere su belleza!

Lao Tsé

XLIII

El verdadero poder,
ese que eterno perdura,
está en la sonrisa pura
de aquel que vino a nacer...
¡Es el poder del no hacer!
(no del perezoso credo
del de la estatua del miedo
que inventa un infierno atroz).
¡Y es enseñar sin la voz
y demostrar sin el dedo!

Lao Tsé

XLIV

Esa gente vana y seria
se exilia de la verdad
al cambiar su libertad
por su afecto a la materia.

Lao Tsé

XLV

Son la pureza y la quietud
las que nos hacen comprender,
de noche y día, hombre o mujer,
nuestra perenne completud.

El movimiento vence al frío
y la quietud vence al calor,
todo lo ajeno se hace mío
cuando lo abrazo con amor.

Lao Tsé

XLVI

Lo mismo que Tao es paz,
guerra es ausencia de Tao;
esto es igual en Bilbao
que en la prisión de Alcatraz.

Y aquí y allá, satisfecho
es quien ve satisfacción
en su propio corazón
sin buscarla en otro pecho.

Lao Tsé

XLVII

¿Qué le pasa al que huye?
¡Que no fluye!
¿Y qué tal si no danza?
¡Que no avanza!
La verdad está viva
en el alma, no arriba.
Tu sentido,
no lo sientas, que es ido...
¡La paz del corazón
es del santo la acción!

Lao Tsé

XLVIII

Inacción, inacción, inacción,
que es estar en la acción (in, metido),
y al que piense otra cosa le pido
que me otorgue su activo perdón.

La inacción desaprende los velos
que nos privan de ser la verdad
de la vida sin fin: libertad,
y en sus alas se emprenden los vuelos.

Que es arriba lo mismo que abajo,
porque abajo es un sueño profundo,
y encontrar a la Gloria en el mundo
lo concede el amor, no el trabajo.

Lao Tsé

XLIX

Es el alma del pueblo la del santo,
pues la separación
no concibe, y abraza con su encanto,
que es la música de su corazón,
a toda la nación,
tendiendo sobre sí de amor un manto.

Él es todo bondad,
sin flébil catecismo,
y, en cumbre y en abismo,
ofrenda la feliz divinidad
común y de sí mismo,
y expresa su infinita libertad.

¡Abrid vuestras orejas,
y abandonad los antros y las rejas!,
que aquí está vuestro Hijo,
que es el Hijo de Dios, hijo que elijo
como elijo a los niños, a las viejas
y a los ángeles, mas no al crucifijo.

Lao Tsé

L

Dicen que nueve de diez
tienen un final mundano;
sólo el sabio soberano,
que no esclaviza un tal vez,
tiene su estrella en su mano.

Lao Tsé

LI

Tao Te King, Tao Te King,
que a la Virtud, Rey del Camino,
desde el final del alma vino
y ni empezó ni tiene fin.

Todo inmortal, que en lo mortal
espera y que se desespera,
en ese fondo te venera
sin un principio ni un final.

Toda la vida de él emana,
eternamente, mente eterna,
vueles al Sol o en tu caverna
sueñes la luz... ¡Virtud arcana!

Lao Tsé

LII

La Madre es el origen de todo el Infinito
y aquel que la conoce conocerá a sus vástagos
y esto le hará ser dueño feliz de su destino.

Si sabes protegerte,
serás siempre el bebé
fortalecido que
no derrota la muerte.

Pero si estás desnudo
sin armas ni razones,
morirás, pues te expones
al mundo sin escudo.

Abraza la brevedad
con tino y clarividencia
y será tuya la ciencia
de toda la Eternidad.

La dulzura
torna al alma fuerte, dura,
firme y sabia,
y derrota a quien la agravia.

Usa el poder de la luz
para que vaya contigo
como si fuera un amigo
sin convertirla en tu cruz.

Lao Tsé

LIII

¿Qué es la Fe? ¡Sabiduría!,
la misma que el Tao ofrenda;
mas, quien adore a su venda,
¡que juegue a la lotería!

Para la paz no hay atajos,
derecho es nuestro camino,
y las curvas del destino
son gozosos altibajos.

Si en la pompa del monarca
la guardia vela celosa,
la plebe sigue medrosa
en cuanto su reino abarca.

¡Humo sólo!, ¡sucio vaho
del algún merengue acomodo!,
¡bandidos que ignoran todo
lo que es la Verdad: el Tao!

Lao Tsé

LIV

¿Quién podrá derrumbar un edificio
de ladrillos de amor que abraza el Cielo?
¡No es Torre de Babel, vulgar consuelo
de aquel que diviniza el sacrificio!

La virtud siempre está en el corazón,
y la expresa en lo grande y lo pequeño
quien vive en la verdad, pero al que el sueño
preso tiene ansiará la perfección.

Con un pequeño paso parte quien
su peregrinación feliz emprende,
y un santo pensamiento ya comprende
el amor infinito del Edén.

Lao Tsé

LV

A un santo niño pequeño
se asemeja el virtüoso,
que no a un niñato patoso
que en serlo pone su empeño.

Hasta una fiera salvaje
es mansa ante la inocencia
del bebé, y en su presencia
no deja ningún ultraje.

¡Violento animal sin nombre,
que demuestras más respeto
que algún torpe analfabeto
que alardea de ser hombre!

Porque un niño es la verdad,
y la verdad, que es del alma,
no puede perder la calma
ante cualquier falsedad.

¿Qué hará lo falso, y qué hace,
si ante aquello que es eterno
en su mentiroso infierno
para siempre se deshace?

Y si el viejo en su razón
le rinde culto a la muerte,
el recién nacido es fuerte
y sabio en su corazón.

Lao Tsé

LVI

No hay palabras que expresen
la verdad de la vida,
por más que de quien es desconocida
en la boca no cesen.

Y nada hay que al Amor
pudiera enriquecer, pues no hay verdad
ajena a su verdad
y su poder perenne creador.

Y es el Tao, tan simple y tan profundo,
su silencio y su cántico sonoro,
que, ajeno a su apariencia, es el tesoro
más precioso del mundo.

Lao Tsé

LVII

Un Estado se rige por leyes,
pero no por estúpidos reyes.
Una guerra se gana por esas
estrategias y raudas sorpresas.
Mas aquel que renuncia a la acción
se hace dueño de la Creación,
pero no por mirarse el ombligo
sino por lo que abajo te digo.

Cuantas más armas son fabricadas,
más personas son asesinadas.
Cuantas más normas y prohibiciones,
más desmanes y más violaciones.
Cuantos más complicados ardides,
más crüeles e injustas las lides.
Cuantos más represivos guardianes,
más astutos y viles rufianes.

Y por ello en el lar o en la rúa
es que el santo feliz nunca actúa,
y encerrado gozoso en su alma
sabe bien que su pueblo está en calma
y no anhela el metal amarillo,
porque alberga un tesoro sencillo.
Sabio don del que no se entretiene
en hacer y hace lo que conviene.

Lao Tsé

LVIII

¿Es el hombre elefante un raro monstruo?
¿O es el monstruo el que así bautiza al hombre?
¡Ah monstruo es cualquier tipo que se crea
que es sólo carne efímera y deforme!

Esto el santo, que habita en tu Infinito,
bien lo sabe, y lo ignora siempre, porque
tan sólo en su virtud, y en ello educa,
contempla la Divinidad del hombre?

Lao Tsé

LIX

Sólo aquel que se modera,
presta servicio al Edén
y a los hombres, por su bien,
disfrutando su virtud.

Esa virtud que se dobla
por la perenne bondad
del Tao y la dignidad
del alma fiel que lo sirve.

Alma fiel que en su poder
y en su infinito misterio
gobierna el enorme imperio
de los súbditos felices.

Gran logro el del noble santo
que trasciende a quien le ladre
y se apropia de la Madre
que da vida al Creador.

Lao Tsé

LX

Buen gobierno, ¡qué cosas!,
no es aquel al que mueven las pasiones
bajas y caprichosas,
sino los corazones.

El corazón, sin velo,
desnudo y redentor,
sabe que no hay más Cielo
que el amor.

¡La tierra prometida!
¡Qué más da quién el rey
y quién la grey!
¡Todos somos la vida!

Lao Tsé

LXI

No es ilusión ni es sueño:
el grande, que no es grande,
y en aparencia mande,
se tiene que alïar con el pequeño.

¿Qué otra cosa es la vida sino amor?
La vieja y sabia hembra
bien lo sabe y lo siembra
en cuantos no cultivan el dolor.

Lao Tsé

LXII

El Tao está presente
en todos de manera permanente.

Es de los hombres buenos el Edén
que a los otros consuelo da también.

Si hasta el que forma parte de ese gremio
de todos los patosos tiene premio,
es tonto quien se olvida
del sabio que es del gremio de la vida.

Pues mucho antes de Mao,
¿cómo es que se estimaba tanto el Tao?

¿Será que siempre ofrenda y nunca ofusca
a aquel que con amor siempre lo busca?

¿Que aquel que lo percibe en lo profundo
disfruta plenamente de este mundo?

Lao Tsé

LXIII

Practicando el no-actuar,
implementando el no-hacer
y gustando el no sabor,
todo se expresa en su bien.

Viendo toda la grandeza
que encierra la pequeñez,
la eternidad en lo breve
y en lo que apenas se ve
lo infinito, viviremos
como el santo sabe hacer.

Mediante pequeños actos
se erigen los templos que
abrazan el Universo
de la cabeza a los pies.

El santo jamás emprende
grandeza alguna, pues él
albergando en sí la propia
no la precisa emprender.

Quien todo lo encuentra fácil
siempre es justamente quien
lo hallará todo difícil
en cuanto tenga que hacer.

Lao Tsé

LXIV

No resulta difícil conservar
aquello que descansa y no se mueve.
Es fácil de prever lo previsible
que el porvenir albergue.
No es nada complicado
hacer que lo que es frágil se nos quiebre.
Ni lo que poco abarca
lograr que se disperse.

Antes que el mal asome,
ponle la solución correspondiente.
Antes que estalle el caos,
comparte la armonía inteligente.

El árbol infinito fue hace poco
sólo un ínfimo germen,
y la torre que abraza las estrellas
un pedazo de tierra simplemente.

Sabemos que el camino
más largo con un paso empieza siempre.
Quien la acción apresura nada gana
porque todo lo pierde,
en tanto en su agonía
fracasa el que retiene.

El santo, que no actúa, no fracasa,
para sí nada toma y nada pierde.

A menudo fracasa en el instante
de acertar quien emprende
un negocio. Y en cambio es victorioso
el santo que mantiene
lo mismo en su principio que al final
su nobleza prudente.

El deseo del santo es no-deseo.
Como es rico, no aprecia enriquecerse,
que aquel que a nada aspira,
aunque no se le ve, todo lo tiene.
Todo sabe aprender,
todo lo desaprende.
Y sin inmiscuirse en sus pequeños
universos, a todos favorece.

Lao Tsé

LXV

Los maestros del Tao, antiguamente,
no buscaban milagros en las almas
de su pueblo ignorante.

El que pone las cosas complicadas
con esa paradoja
que le concede su agudeza rara;
el que se vale de su inteligencia
para guiar al pueblo siempre falla,
y aquel que en ningún modo la precisa
evidencia la fuerza de su magia.

Quien lo sabe y lo vive,
ya tiene la batalla
pacífica de gobernar al pueblo
triunfalmente acabada.

Y alberga la suprema
virtud profunda y vasta,
que danzando en los usos de las gentes
la armonía infinita les alcanza.

Lao Tsé

LXVI

Reina el mar y sus ríos
sobre todos los valles y montañas
porque, dejando a un lado las patrañas,
les dan de corazón sus albedríos,
con esa entrega pura
que exhibe con orgullo la Natura.

Igualmente sucede con el santo
que aspira a dirigir al pueblo suyo:
debe vencer cualquier absurdo orgullo
y descubrir la magia y el encanto
de su gente sencilla, y esas alas
que de las almas buenas y las malas
apuntan en quietud cada capullo.

Así consigue eso:
triunfar del mejor modo,
que es victoria de todos y de todo,
sin que a ninguno aplaste por su peso.
E igual la más inquieta
como la gente mansa,
disfruta y no se cansa
de aprender de su santo y su poeta,
el glorioso profeta
que como no ve en nada su contrario
nadie halla nunca en él un adversario.

Lao Tsé

LXVII

Todo el mundo que alaba mi verdad,
resalta su grandeza,
y esa autenticidad
que permite que a nada se parezca.
Está evidente que si hubiera algo
que se le pareciera,
hace ya mucho tiempo
que sería pequeña.

Tres tesoros albergo y elaboro:
amor es el primero,
el segundo la lógica económica
y la humildad sencilla es el tercero.
Lleno de amor, valor jamás me falta.
De todo me desprendo,
pues me hace generoso ser ecónomo.
Como nunca pretendo
meta alguna, no hay meta que no alcance...
Siempre soy el primero sin quererlo.

El hombre valeroso
que es del amor ajeno,
el generoso sin economía
y el jefe que es soberbio, ya están muertos.

Aquel que por amor combate, triunfa,
y deja la amenaza siempre lejos
quien se defiende por amor: le ofrenda
su protección el Cielo.

Lao Tsé

LXVIII

Un jefe militar no es belicoso
si es de verdad un militar y un jefe.
Y el guerrero jamás es iracundo
si es un guerrero auténtico.
El conductor de un pueblo de verdad
sabe mirar al pueblo por abajo.

Allí está la virtud
y no el enfrentamiento.
En ello encuentra cuanto
lo capacita para conducirlo.

Y en realidad lo que halla es la armonía
con las leyes del Cielo.

Lao Tsé

LXIX

Decía un estratega de los viejos:
Yo no tomo jamás la iniciativa,
pacientemente espero. Nunca avanzo
un palmo, antes prefiero
retroceder un pie.

Esto hace quien progresa aunque no avance;
rechaza sin sus brazos;
sin agredir, responde,
y se opone sin armas.

Tener en baja estima al enemigo
se convierte en el enemigo más
peligroso de todos.

Si dos ejércitos batallan, siempre
triunfa la compasión o ambos sucumben.

Lao Tsé

LXX

Son muy sencillos todos mis preceptos,
y es fácil practicarlos.
Sin embargo, no pueden comprenderlos
ni quieren practicarlos.

Tienen principio mis preceptos,
y albergan siempre su sentido.
Mas nadie ve su sencillez, y sigo
desconocido por el mundo entero.

Los pocos que conocen a Lao Tsé
son pocos pero mucho en su nobleza...
El santo en sus harapos siempre oculta
los enormes tesoros de su alma.

Lao Tsé

LXXI

Quien conoce, conoce
que no conoce, y el que no conoce
que conoce, conoce y se equivoca.

El que tiene conciencia de su error,
por eso es que lo evita.

Jamás el santo se equivoca, porque
tiene conciencia del error, conciencia
que le libera de equivocaciones.

Lao Tsé