XLI

El hombre supremo oye al Tao,
practícalo con diligencia;
el hombre, no obstante, sin ciencia,
lo trata como a un bacalao,
porque va calao de inconsciencia.

El hombre ordinario se mofa
de cuanto del Tao deduce,
debido a que el mismo no luce
ante la de más baja estofa
cabeza casual que se cruce.

El Tao es la forma sin forma
y al hombre cortito no cuadra,
que es libre porque se desmadra
se piensa ante onírica norma
a la que constante le ladra.

Empero, hasta al hombre que tiene
la cúspide inmersa en serrín,
el Tao innombrable sostiene,
que si el serse necio conviene,
no es tal su principio ni fin.

Lao Tsé

XLII

Como con la voz de Lao
dijo Carmelo Elorduy,
lo que ya parece muy
ruinoso renueva el Tao.

El Tao engendra los números
con la verdad de su música,
que no la inventiva ilúsica
del que idolatra sus húmeros.

Cierto es que se desenvuelve
todo entre el yang y entre el yin,
mas apariencia es que al fin
dichoso el Tao resuelve.

Bien cantó Ramón Hervás:
aquel que crece, decrece,
y el que decrecer parece
es que está creciendo más.

Si somos Naturaleza
y es natural estar vivo,
cierto ha de ser lo que escribo:
¡que no muere su belleza!

Lao Tsé

XLIII

El verdadero poder,
ese que eterno perdura,
está en la sonrisa pura
de aquel que vino a nacer...
¡Es el poder del no hacer!
(no del perezoso credo
del de la estatua del miedo
que inventa un infierno atroz).
¡Y es enseñar sin la voz
y demostrar sin el dedo!

Lao Tsé

XLIV

Esa gente vana y seria
se exilia de la verdad
al cambiar su libertad
por su afecto a la materia.

Lao Tsé

XLV

Son la pureza y la quietud
las que nos hacen comprender,
de noche y día, hombre o mujer,
nuestra perenne completud.

El movimiento vence al frío
y la quietud vence al calor,
todo lo ajeno se hace mío
cuando lo abrazo con amor.

Lao Tsé

XLVI

Lo mismo que Tao es paz,
guerra es ausencia de Tao;
esto es igual en Bilbao
que en la prisión de Alcatraz.

Y aquí y allá, satisfecho
es quien ve satisfacción
en su propio corazón
sin buscarla en otro pecho.

Lao Tsé

XLVII

¿Qué le pasa al que huye?
¡Que no fluye!
¿Y qué tal si no danza?
¡Que no avanza!
La verdad está viva
en el alma, no arriba.
Tu sentido,
no lo sientas, que es ido...
¡La paz del corazón
es del santo la acción!

Lao Tsé

XLVIII

Inacción, inacción, inacción,
que es estar en la acción (in, metido),
y al que piense otra cosa le pido
que me otorgue su activo perdón.

La inacción desaprende los velos
que nos privan de ser la verdad
de la vida sin fin: libertad,
y en sus alas se emprenden los vuelos.

Que es arriba lo mismo que abajo,
porque abajo es un sueño profundo,
y encontrar a la Gloria en el mundo
lo concede el amor, no el trabajo.

Lao Tsé

XLIX

Es el alma del pueblo la del santo,
pues la separación
no concibe, y abraza con su encanto,
que es la música de su corazón,
a toda la nación,
tendiendo sobre sí de amor un manto.

Él es todo bondad,
sin flébil catecismo,
y, en cumbre y en abismo,
ofrenda la feliz divinidad
común y de sí mismo,
y expresa su infinita libertad.

¡Abrid vuestras orejas,
y abandonad los antros y las rejas!,
que aquí está vuestro Hijo,
que es el Hijo de Dios, hijo que elijo
como elijo a los niños, a las viejas
y a los ángeles, mas no al crucifijo.

Lao Tsé

L

Dicen que nueve de diez
tienen un final mundano;
sólo el sabio soberano,
que no esclaviza un tal vez,
tiene su estrella en su mano.

Lao Tsé

LI

Tao Te King, Tao Te King,
que a la Virtud, Rey del Camino,
desde el final del alma vino
y ni empezó ni tiene fin.

Todo inmortal, que en lo mortal
espera y que se desespera,
en ese fondo te venera
sin un principio ni un final.

Toda la vida de él emana,
eternamente, mente eterna,
vueles al Sol o en tu caverna
sueñes la luz... ¡Virtud arcana!

Lao Tsé

LII

La Madre es el origen de todo el Infinito
y aquel que la conoce conocerá a sus vástagos
y esto le hará ser dueño feliz de su destino.

Si sabes protegerte,
serás siempre el bebé
fortalecido que
no derrota la muerte.

Pero si estás desnudo
sin armas ni razones,
morirás, pues te expones
al mundo sin escudo.

Abraza la brevedad
con tino y clarividencia
y será tuya la ciencia
de toda la Eternidad.

La dulzura
torna al alma fuerte, dura,
firme y sabia,
y derrota a quien la agravia.

Usa el poder de la luz
para que vaya contigo
como si fuera un amigo
sin convertirla en tu cruz.

Lao Tsé