XVIII

Es al dejar la bendición del Tao,
como en gran paradoja,
que el amor, la bondad
y la justicia asoman.

Toda la maquinaria
va siguiendo la estela entre las olas
de la sabiduría y el ingenio.

Y en todas sus discordias
fraternizan los doce familiares
y refuerzan sus sentimientos nobles.

Y es a través del caos que al imperio
la rectitud y la honradez provoca.

Lao Tsé

XIX

Abolid esa extraña educación,
que en realidad es manipulación.

Que el pueblo analfabeto
es el manipulado por completo.

Rechaza el bien venial,
que siempre se acompaña de su mal.

Quien teme, se confunde,
y el que está confundiéndose se hunde.

Sin el vulgar y lúdico barroco
no habrá ladrón estúpido tampoco.

Mas si parecen torpes mi palabras,
apúntate este gran abracadabras:

No busques el amor en tu cabeza,
sino en la paz de la Naturaleza.

Y que jamás te atrape ningún ismo,
y menos el mayor: el egoísmo.

Lao Tsé

XX

Allende del bien y el mal,
ni el mal ni el bien se conciben
y perennemente viven
en su reino angelical

los que no tienen carné
ni carne tienen tampoco,
que eso se lo come el loco
tiempo que viene y se fue.

Y en tanto el necio se envicia
con los ídolos ajenos,
a sus niños deja plenos
de Amor la Madre Nutricia.

Lao Tsé

XXI

El Tao anima el vacío,
y no hay calor y no hay frío,
ni velatorio o sarao,

que no llene, noche y día,
el poder y la alegría
que en sí mismo alberga el Tao.

El Tao es luz y es tiniebla,
y hasta los sesos amuebla
del homínido ignorante,

que en la ilusión de las formas
inventa caducas normas
merced al Tao constante.

El Tao es verdad, lo ve
el que prendido en su fe,
que es sapiencia, lo disfruta.

Y el Tao, que fluye y fluye,
se ofrenda y no disminuye,
nos acciona y ni se inmuta.

Lao Tsé

XXII

Vivir no es forma, que es danza;
aquel que tiene por norma
creerse vivo en la forma,
no tiene más que esperanza...

Y la vida nada espera,
y la vida siempre es,
y sin antes ni después,
ni invierno ni primavera...

Lao Tsé

XXIII

Si es que temes al valle de la muerte,
en él habrás de verte.

Mas si abrazas sereno las virtudes,
te colmarán con sus infinitudes.

Pues si orientas allá feliz tu nao,
feliz allá ha de acogerte el Tao.

Lao Tsé