LVII

Un Estado se rige por leyes,
pero no por estúpidos reyes.
Una guerra se gana por esas
estrategias y raudas sorpresas.
Mas aquel que renuncia a la acción
se hace dueño de la Creación,
pero no por mirarse el ombligo
sino por lo que abajo te digo.

Cuantas más armas son fabricadas,
más personas son asesinadas.
Cuantas más normas y prohibiciones,
más desmanes y más violaciones.
Cuantos más complicados ardides,
más crüeles e injustas las lides.
Cuantos más represivos guardianes,
más astutos y viles rufianes.

Y por ello en el lar o en la rúa
es que el santo feliz nunca actúa,
y encerrado gozoso en su alma
sabe bien que su pueblo está en calma
y no anhela el metal amarillo,
porque alberga un tesoro sencillo.
Sabio don del que no se entretiene
en hacer y hace lo que conviene.

Lao Tsé

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