LXXV

Los niños pasan hambre por las tasas
que a los pobres le imponen los políticos,
que sin rubor disfrazan
esta verdad con su literatura.

La ambición de los necios dirigentes
genera las revueltas populares,
aunque velen aquellos
esta certeza con sus fantasías.

La Muerte es despreciada por aquellos
que somete cruel una existencia
endurecida, y eso
no lo puede ocultar mentira alguna.

Quien habita la vida verdadera,
flexible, blanda, lúdica y sencilla,
ni siquiera la Muerte
puede matar su amor hacia la Vida.

Lao Tsé

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