Decía un estratega de los viejos:
Yo no tomo jamás la iniciativa,
pacientemente espero. Nunca avanzo
un palmo, antes prefiero
retroceder un pie.
Esto hace quien progresa aunque no avance;
rechaza sin sus brazos;
sin agredir, responde,
y se opone sin armas.
Tener en baja estima al enemigo
se convierte en el enemigo más
peligroso de todos.
Si dos ejércitos batallan, siempre
triunfa la compasión o ambos sucumben.
Lao Tsé
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