LXVII

Todo el mundo que alaba mi verdad,
resalta su grandeza,
y esa autenticidad
que permite que a nada se parezca.
Está evidente que si hubiera algo
que se le pareciera,
hace ya mucho tiempo
que sería pequeña.

Tres tesoros albergo y elaboro:
amor es el primero,
el segundo la lógica económica
y la humildad sencilla es el tercero.
Lleno de amor, valor jamás me falta.
De todo me desprendo,
pues me hace generoso ser ecónomo.
Como nunca pretendo
meta alguna, no hay meta que no alcance...
Siempre soy el primero sin quererlo.

El hombre valeroso
que es del amor ajeno,
el generoso sin economía
y el jefe que es soberbio, ya están muertos.

Aquel que por amor combate, triunfa,
y deja la amenaza siempre lejos
quien se defiende por amor: le ofrenda
su protección el Cielo.

Lao Tsé

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