II

Sólo ven la belleza en la belleza,
pero nunca la ven sus corazones.
Sólo ven la bondad en la bondad,
y sus miradas torpes
desvelan la malicia
de sus enfermas interpretaciones.

Mas el no-ser y el ser se necesitan
para ser y no ser, como eslabones,
y lo simple y complejo
como lo diminuto con lo enorme.

Se abrazan las estrellas y los átomos,
y al Infinito llegan nuestras voces,
y el ayer y el mañana sólo existen
en las curvas del mundo de los hombres.

Por eso el santo elige
calibrar sus acciones,
y grita sus verdades sin palabras,
y permite que broten
en el Edén perenne de la vida
cada entidad con todos sus colores.

Multiplica los bienes
sin que jamás los tome,
ni le atrapan sus obras consumadas
y por ello perduran sus acciones.

Lao Tsé

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