El agua es limpia y no exige,
siempre canta y no se aflige,
como hace aquella verdad
que da la creatividad
y quien la quiere la elige.
Aquel que disipa el vaho
que le empaña la visión
acerca su corazón
a la riqueza del Tao.
E igual que el agua y su canto,
de sí mismo se descuida
y la bondad de su vida
hace permanente el santo
sin recordar que la olvida.
Lao Tsé
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