VII

Que el Cielo permanentemente avance,
lo mismo que sucede con la Tierra,
sin que haya falsa paz o torpe guerra
que su poder alcance.

Su vida no es la propia,
y no es su eternidad la que procuran,
ni entienden de los credos y su inopia,
por eso siempre duran.

El santo es algo así. Sin un descuido,
aunque su corazón esté en la cumbre,
permite que perenne nos alumbre,
del mundo en las entrañas escondido.

Lao Tsé

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